11.7.12

Entrevista a Woody Allen por Fernando Trueba



 Entrevista realizada por el realizador español Fernando Trueba al odiado y aun más odiado newyorkino (neoyorkino?) Woody Allen. Son de esas buenas entrevistas donde tocan de todo, opinan de otros directores y peliculas, y hablan sobre los temas recurrentes de sus obras; no son de esas entrevistas aburridas hechas para el markentig (aunque actualmente la minima accion es publicidad...) donde se promociona la ultima pelicula de cierto tipo.
(Hotel Ritz, París. 23 de diciembre de 1994. 5:30 de la tarde)

La primera vez que oí hablar de Woody Allen fue en un artículo que Umberto Eco escribió sobre él y que aquí tradujo "Triunfo". Se había estrenado "Toma el dinero y corre" en verano y de tapadillo. Fuí a verla y, desde entonces, se convirtió en una de esas películas que ves cada vez que tienes oportunidad. Y en aquellos años la ví muchas, muchas veces, como tantos otros de mi generación, que conocíamos de memoria cada gag y cada diálogo. Y reíamos recordándonoslos los unos a los otros. Esto se repetiría con cada nueva película de Woody Allen, que se convertiría en alguien cercano, familiar. En nuestro humorista de cabecera. 
Pero unos años más tarde, a mediados de los setenta, con "Annie Hall", Woody dió un salto cualitativo importante. Además de seguir siendo el cómico más divertido, se convirtió en uno de los mejores cineastas de su generación. Y, ya en los ochenta, con películas cómo "Hannah y sus hermanas", "Broadway Danny Rose", "Zelig" y "La Rosa Púrpura del Cairo" en el mejor cineasta vivo en ejercicio, al menos en la opinión de quien esto escribe. Incluso cuando se equivoca, es siempre interesante y divertido. Y sobre todo, inteligente. En los últimos años, ha realizado tres obras maestras: "Delitos y faltas", "Maridos y mujeres" y, ahora, "Balas sobre Broadway".
 
Voy a verle, acompañado por mi hermano David, a París, donde se encuentra haciendo promoción de su última película. La conversación tiene lugar en el Ritz de la plaza Vendôme, que para mí no es sino el decorado de una de las películas de mi vida: "Ariane" (Love in the afternoon), el romántico homenaje de Billy Wilder a su maestro Lubitsch. 
 Lleva todo el día contestando entrevistas, pero desde el primer momento se le nota que hace un auténtico esfuerzo por estar cordial y no parecer harto o cansado. Es tan tímido como educado. Se sienta a mi derecha: "Es mi oído bueno".


Empezamos a hablar y le comento que se está convirtiendo en un género, a juzgar por la cantidad de imitadores, está creando escuela, cosa que supongo que a alguien como él le horrorizará. 
-Es curioso. Cuando haces muchas películas, y yo he hecho muchas, se convierten en un género porque todas tienen un cierto tipo de cosas comunes. Pero eso no es un género en sí mismo sino que la cosa común eres tú. 

-Por ejemplo, una película como "Cuando Harry encontró a Sally" es una película "a la Woody Allen", por cierto muy buena
-Sí, me gusta esa película. Cuando la ví me pareció muy divertida. Aunque lo divertido es comprobar que hizo mucho más dinero que cualquier película mía. Me gustó, pero me sorprendió hasta qué punto hizo mucho más dinero que las mías. Es una gran película, se lo merecía. 


-La influencia de Woody Allen en Europa puede notarse en gente como Nanni Moretti.
-He visto sólo una de sus películas, pero creo que está muy bien. 

-Cuando hice mi primera película en España algún crítico dijo que estaba copiando "Manhattan", cuando en realidad la que estaba tratando de copiar era "Annie Hall"
-!Qué bueno, espero que se lo dijeras! 

En aquellos años previos al video, recuerdo haber grabado con un casette los diálogos de "Annie Hall" en un cine y oirlos una y otra vez, semitapados por las carcajadas del público. Cuando en el verano del 79, Óscar Ladoire y yo escribimos "Opera prima", esa era la película que soñábamos.
-He visto su última película dos veces, una en Miami y la otra en Los Ángeles, y en ambas ocasiones el público aplaudió al final. 

-Bueno, eso es magnífico. "Balas sobre Broadway" es, en mi opinión, una película acerca de cómo la vida interfiere en el arte y viceversa.
-Esa era mi intención. No sé si te has dado cuenta de que el mundo está lleno de gente que se comporta como un artista. Algunos tienen un poco de talento, otros no tienen nada, pero todos se comportan como si lo fueran. Si son pintores imitan a Van Gogh, van a extraños cafés, incluso son capaces de cortarse una oreja, pero no son capaces de pintar, capaces de hacer arte. Viven la bohemia de esa vida, pero no son verdaderos artistas. Artista puede ser cualquiera, y yo quería reflejar la diferencia entre estos dos tipos de artista. El pseudoartista por simulación, de un modo externo, y el artista que ha nacido con ese don. También quería hablar de las diferencias entre el artista y el hombre. A menudo el artista puede no ser alguien agradable sino alguien cruel y egoísta, aunque su trabajo sea maravilloso. Como una diva de la ópera que se comporta de un modo insoportable con los demás. A menudo les perdonamos, pero yo no creo que debamos perdonarles. Decimos: al fin y al cabo es un artista, sus películas son maravillosas, así que por qué tiene que saber algo de política. Yo creo que esto es equivocado, el artista debe ser medido por el mismo rasero moral que el resto de las personas. 

-Ver su película con público americano es toda una experiencia. Hay una frase en su película en la que se dice: "El artista crea su propio código moral". Cuando el actor la dice hay murmullos y risitas en la sala. Pero también en todos los artículos sobre la película he visto resaltada esta frase como si fuera una opinión personal suya. Es realmente estúpido.
-Desde luego, porque puse esa frase en boca de un personaje bastante estúpido y quería mostrar que era una idea estúpida. Pero, ya se sabe, la aproximación de los americanos al cine es muy simplista, no son nunca sofisticados. Creo que en Europa sucede lo contrario. Creo que la cultura europea es más sofisticada. ¿Tú, qué opinas? La cultura española, italiana o francesa es más sofisticada, ¿estás de acuerdo? 


-Bueno, sólo a veces. Es muy difícil hablar en general, porque algunas de las películas favoritas de mi vida son americanas, aunque no muchas actuales. Las comedias de Hollywood de los años treinta y principios de los cuarenta eran muy sofisticadas al tiempo que muy populares. Por ejemplo, "To be or not to be" de Ernst Lubitsch...
-Bueno, de esa hace mucho tiempo. 


-Viendo su película pensé mucho en esta película de Lubitsch, me parece cercana a la idea de "Balas sobre Broadway", quizá porque habla del mundo del teatro, de los actores y de cómo la vida interfiere en su trabajo.
-No la tenía particularmente en la cabeza, pero en general Lubitsch me parece el mejor director de comedias sofisticadas. Me gusta mucho más que Preston Sturges. En América prefieren a Preston Sturges, pero porque Lubitsch es apenas conocido. 

-El planteamiento de "Balas sobre Broadway" me recuerda, sin embargo, al de "Los viajes de Sullivan", con ese autor de comedias que quiere hacer obras importantes, de interés social. Al tiempo, puede ser entendido como autoparódico, viniendo de usted.
-Me identifico mucho con ese personaje. De haber sido más joven yo mismo habría interpretado el papel de John Cusack, que es un actor maravilloso. El personaje trata de luchar contra las interferencias en su trabajo, como nos pasa a todos los que hacemos cine. Estoy seguro de que a ti también te ha pasado. Constantemente hay gente que viene a decirnos cambia esto o cambia lo otro, haz esto más accesible, más comercial. El cine es un asunto de mucho dinero. Y los que lo ponen no quieren perderlo sino conseguir más. 

-En sus últimas películas como "Delitos y faltas", "Sombras y niebla" o esta última planea la idea de culpabilidad. Hay un inocente que se siente culpable, mientras que el culpable se siente perfectamente...
-En la vida hay gente que puede pasar por ella sin sentirse en absoluto culpable. No sé cuál es la razón. Puede que por su educación religiosa, pero hay otros que nada más levantarse por la mañana tienen que pelear contra su sentimiento de culpa. El personaje de John Cusack o los que yo interpreto viven siempre con un sentimiento de culpa, mientras que el personaje de Cheech, que interpreta Chazz Palminteri, va por la vida tan contento. 

-Tengo la impresión de que esa falta de moralidad, en el fondo, usted la envidia.
-Envidio la idea de ser alguien que sufra mucho menos de lo que yo sufro. Me gustaría no ser como ese personaje de T. S. Elliot, que agoniza antes de tomar cada decisión. Me gustaría ser como Cheech, un artista nato sólo preocupado por su trabajo, sin importarte matar a alguien. No quiero decir que me gustaría matar a alguien. 

-Cuando Cheech mata a la actriz, Jennifer Tilly, sólo dice: "Eres una actriz horrible". Usted, cuando no le gusta un actor, de momento no lo mata, sino que lo cambia por otro, lo cual es más pacífico.
-Sí, él los mata, yo lo cambio y vuelvo a rodar. (Hace un juego de palabras: "He shoots, but I reshoot"). Ha habido incluso gente que ha dicho que en esa escena yo doy rienda suelta a toda mi hostilidad contra los actores, pero no es verdad. 

-Esta es quizá su película más clásica, aunque en ella incorpora algunos de los recursos estilísticos de "Maridos y mujeres". Me da la impresión de que ya no tiene problemas para rodar del modo que usted quiera la historia que usted quiera. Es una de las películas más libres que he visto últimamente.
-Tenía un reparto muy bueno, podía confiar en ellos. Es fruto de mi experiencia. Si tienes un buen reparto puedes tener confianza. Estoy seguro de que a ti te sucede lo mismo. Déjalos actuar, déjalos improvisar, déjalos ir donde quieran ir, síguelos con la cámara y eso te dará una sensación de espontaneidad, mucho más que parar y hacer una toma y luego parar y hacer otra toma, etc. Pero si tienes algún mal actor el rodaje se te complica. Tienes que plantear las secuencias de otra manera. Si fuera por mí, nunca cortaría en una película. Sencillamente, me limitaría a seguir a los actores. Pero, por desgracia no puedo hacerlo, porque los actores a veces se equivocan. 

-En "Balas sobre Broadway" hay secuencias de asesinatos, de mafiosos en cabarets, imágenes no muy habituales en sus películas.
 -El tema es lo que era diferente. Era una película menos psicológica, menos reflexiva y más festiva, pero, pensándolo bien, en otras películas mías ya había habido violencia. "Toma el dinero y corre" trataba de un criminal que asaltaba bancos. "Bananas" empezaba con un asesinato. En "Delitos y faltas" y "Misterioso asesinato en Manhattan" también hay crímenes. Creo que es algo común en el cine. 

-En mi opinión su película más violenta es "Maridos y mujeres".
-Yo también lo creo. 

-Me encanta esa película, el trabajo de los actores, el modo en que está rodada. A veces la gente dice "bueno, hay demasiado movimiento de cámara", pero trato de imaginarme algunas de las escenas de la película y estoy seguro que no habrían resultado tan efectivas rodadas con un trípode y la cámara estática.
-Exacto. El movimiento de cámara tenía que ser así. Sin la cámara en mano muchas secuencias no habrían tenido la misma fuerza. Sin embargo, en "Balas sobre Broadway", al ser una película de época, no puedes trabajar con el mismo estilo, tienes que poner la cámara sobre un trípode. La cámara en mano no da la sensación de que la película transcurra en los años veinte. Traté de rodar así algunas escenas, pero, de pronto, me daba cuenta de que no funcionaba. Es extraño, pero no parecía una película de los años veinte, sino de los noventa, es extraño, ¿no?. 

-Sin embargo, en "Balas sobre Broadway" la cámara se mueve con una gran libertad.
-Para mí es una forma mejor de hacer películas. Me gustan los planos secuencias con la cámara moviéndose libremente, pero eso es algo que sólo puedes hacer con buenos actores. Con actores malos cambias el modo en que ruedas, tienes que protegerlos. Acabo de rodar otra película y en ella tenía a un actor que no era muy bueno. Se equivocaba y me veía obligado a cortar y comenzar de nuevo, me costó bastante. Un actor así te cambia, forzosamente, la manera en que ruedas, tienes que protegerlo. ¿Estás preparando algo? 

-Voy a empezar una película dentro de unas semanas...
-¿En España? 

-No, en Miami
-Sí, alguien me lo mencionó. ¿Y quién trabaja? 

-Antonio Banderas, Melanie Griffith, Daryl Hannah, Eli Wallach, Joan Cusak, Danny Aiello, Austin Pendleton..
-Acabo de trabajar con Austin en "Don't drink the water", es muy divertido.Y Melanie Griffith es perfecta, pensé en ella para el papel de Olive, en "Balas sobre Broadway", es muy buena y Danny es genial, es uno de mis actores favoritos. Está claro que es una comedia. ¿Cuánto durará el rodaje? 

-Diez semanas. 
-¿Y toda la historia transcurre en Miami? 

-Sí. ¿Y usted ha terminado otra películas después de "Balas sobre Broadway" y "Don't Drink the Water"?
-Sí, acabo de terminarla. La he rodado en Nueva York y cuatro días en Sicilia, porque necesitaba algunas ruinas romanas. La montaré las próximas semanas. 

-El cine cumple cien años ¿Le parece que las películas son, de verdad, tan viejas?
-Es increíble. Mi padre tiene 94 años, es muy mayor, pero el cine lo es aún más. A menudo me preguntan qué va a ser del cine en el futuro. ¿Quién lo sabe? Pero creo que pronto tendremos en casa grandes pantallas de televisión, con una perfecta definición. Nos reuniremos con amigos, llamaremos por teléfono y elegiremos una película que ver. Será una experiencia totalmente diferente de la que yo viví en mi infancia. Iba a una sala de cine muy grande, con programas dobles, era otra cosa. ¿Existían en España esas maravillosas salas de cine tan grandes? 

-Algunas, pero yo crecí en un barrio de gente trabajadora. Sólo había cines de programa doble, nunca de películas de estreno.
-Pero eso es bonito. Incluso los cines pequeños eran mejores que estas multisalas de ahora. 

-Bueno, no sé, algunos de los que yo frecuentaba eran horribles. La primera vez que vi a una pareja hacer el amor fue en un cine. Por cierto, viendo una película de Walt Disney, un extraña experiencia.
-Estoy seguro de que a Disney no le hubiera gustado enterarse de algo así. 

-La gente solía merendar en el cine, la familia al completo. La madre llevaba una tartera con tortilla, pollo...
-En mi barrio eso era muy corriente. Ibamos con sandwiches al cine los sábados por la tarde. En los cuarenta cuando yo crecí era la época gloriosa del cine. Podías ver a Fred Astaire o Humphrey Bogart, y en el cine de al lado a Judy Garland o Gary Cooper. Había películas excelentes estrenándose todos los días. 

-¿Va ahora a menudo al cine?.
-Veo muchas películas en mi sala de proyección. La experiencia de ir al cine ya no es lo mismo. Hay una cola, luego entras y hay doce pantallas diferentes, ya no es tan bonito. En Nueva York, ya sabes, siempre hay cola. No es tan divertido. Tampoco colecciono vídeos ni películas en láser. Llamo a los estudios y pido alguna película y me la envían. Me sigue gustando sentarme y ver películas de Fellini, de Bergman. Películas que ahora son difíciles de ver. Cuando yo era joven había muchos cines que proyectaban películas europeas, conocíamos cada pequeña película de Pietro Germi, pero ahora es muy difícil que el cine europeo llegue a Nueva York. 

-¿Qué películas le gustan hoy en día?
-Cualquier película buena. El cine norteamericano no es tan bueno últimamente. Me gusta Scorsese, Coppola, pero la industria americana en general está dedicada a hacer películas bastante tontas llenas de tecnología. Las europeas son buenas, y las chinas. Americanas no hay muchas buenas, Coppola, Altman... 


- ¿Has visto "Pulp Fiction"?
-Sí. 


-¿Y qué te pareció?
-La verdad es que me pareció un chiste muy largo. Aunque hay cinco minutos que me gustaron mucho. La parte de Christopher Walken, estaba genial. Pero las dos horas y media restantes no me interesan. La últimas película americana que me han gustado, aparte de la suya, ha sido "Ed Wood". 


-¿"Ed Wood"?
- Sí, Tim Burton es un director muy interesante. 

-¿Y a usted le gustó "Pulp Fiction"?
-Estoy de acuerdo contigo. "Pulp fiction" tiene cosas buenas pero me pareció que no tenía demasiadas ideas. Tenía mucha energía pero no demasiadas ideas. Y Christopher Walken bordaba la película, eso es cierto. ¿Te gustó "Uno de los nuestros" de Scorsese? 

-Mucho
-Esa sí era una buena película. Scorsese me gusta mucho, aunque "La Edad de la inocencia" me pareció soporífera. 

-A mí también, pero me encantan "After Hours", "Taxi Driver" y "Toro Salvaje".
-Sí, sí. 

-En "La edad de la inocencia" se le notaba que no estaba en su barrio.
-Exacto. Coppola me gusta mucho. 

-Rob Reiner me gusta mucho. Hasta "Algunos hombres buenos", que ya no me gusta. Pero "Misery", "Stand by me", "Cuando Harry conoció a Sally" o "La princesa prometida", me parecen estupendas. Me gustan porque son películas humildes. Son películas de un buen director, al estilo clásico, que no quiere hacer la mejor del año ni acabar con el cine, sino simplemente hacer una película buena y bonita.
-Él es ese tipo de persona, es muy agradable... 

-Por cierto Rob Reiner está muy gracioso en "Balas sobre Broadway". Y Sidney Pollack estaba genial en "Maridos y mujeres". ¿Le gusta dirigir directores?.
-Sí, porque al ser conscientes de los problemas que tienes como director, son encantadores. Cuando yo he rodado como actor para otros directores como Martin Ritt, Paul Mazursky o Herbert Ross, he tratado de ser muy colaborador, he tratado de hacer su vida lo más sencilla posible. Pollack y Reiner son gente maravillosa. ¿Tú has dirigido alguna vez a directores? 

-No, bueno sí... A Fernando Fernán-Gómez en "Belle Epoque". Es un actor genial y también muy buen director.
-¿Quién era en "Belle Epoque"? 

-El que hacía del padre de las cuatro chicas.
-¿El padre? Buenísimo. ¿Es también director? ¿Y tú alguna vez has actuado? 

-No, yo soy el peor actor del mundo.
-No, no lo creo. Los directores, casi siempre, son buenos actores. 

-Bueno, si tiene un pequeño papel de asesino, podría intentarlo.
-¿Un asesino? ¿Así es como te ves?

Al ver las últimas películas de Woody Allen, uno tiene la sensación de que acabará escribiendo novelas. Truffaut soñaba con escribir de viejo novelas que ya nunca leeremos, y Renoir puso en el papel sus últimas historias y nos dejó cuatro hermosas novelas. Pero las películas de Allen, dejan un aroma de buen libro, cosa inusual en estos tiempos de cine iletrado. Sus tres libros de relatos y ensayos son los libros que más veces he leído en mi vida. Siguen siendo una fuente inagotable de carcajadas, que a veces despiertan a mi mujer violentamente en la noche.
-Bueno, me gustaría escribir una novela. Me cansé de escribir cosas pequeñas, me apetecería escribir algo más largo, pero el cine te quita tanto tiempo... y mientras sigan dándote el dinero para hacer películas debes hacerlas, porque algún día no podré hacer más películas y entonces escribiré. Pero, mientras alguien te dé doce millones de dólares para hacer una película, debes hacerla. 

-¿Qué clase de novela sería?
-Creo que de humor, pero de un humor serio. Los escritores que me gustan son Philip Roth o Saul Bellow, sus textos tienen mucha sustancia, pero son eminentemente divertidos, por oposición a gente como Hemingway, que es lo opuesto a divertido. 

-También hay una gran influencia en su escritura de gente como Ring Lardner, Robert Benchley o S. J. Perelman...
-Es sorprendente que los conozcas. Ni siquiera en América son muy conocidos. Thurber, Damon Runyon, me sorprende que los americanos no los conozcan. Si estás en Nueva York te recomiendo que vayas a una librería que se llama Gotham Books, tienen viejas ediciones de esa gente de la mesa redonda del hotel Algonquin. Por cierto, he visto la película que ha hecho Alan Rudolph sobre Dorothy Parker y no me ha gustado nada. 

-A mí no me gusta ninguna de sus películas...
-Ya, la película trata de gente muy divertida, y te aseguro que no es nada divertida. 

-Usted, que es un gran admirador de "Perdición", nunca ha tratado de hacer un thriller.
-No, y me gustaría. "Perdición" me parece la mejor película de Wilder. No soy un gran admirador de "Con faldas y a lo loco", aunque me parece que está bien. Nunca me ha hecho gracia eso de disfrazarse de mujer. Otra película que me encanta de él es "El gran carnaval", que nadie conoce en América, y "El apartamento". 

-Cada vez que voy a Los Ángeles, voy a ver a Billy Wilder y siempre hablamos de usted. Es un gran admirador de sus películas.
-Es curioso pero he conocido a Billy Wilder hace apenas unas semanas. Se me acercó en un restaurante y me dijo: "Hola, sólo quería darte las gracias por las cosas tan bonitas que has dicho de mí". Para mí siempre ha sido uno de mis ídolos, pero me quedé allí petrificado sin poder decirle nada y se fue. Para mí es el ejemplo de alguien que aún sería capaz de hacer un par de buenas películas. 


-Bueno, lo está intentando. Sigue escribiendo. Dice que aún cree que podría conseguir hacer una, pero sólo una.
-Es una vergüenza que no le den la oportunidad de hacerla. No es en absoluto alguien débil. Y es uno de nuestros grandes maestros. 


-Sigue haciendo las bromas más acidas y crueles. Cada vez que estoy con él, no paro de reir. Es la persona más joven que conozco. Me encanta verle, se interesa por todo, cine, libros, pintura, deportes, restaurantes.
-¿Qué edad tiene ahora? 


-88 años.
-Dios, no lo parece para nada. 


-Bueno, creo que ya tenemos que acabar (La encargada de prensa se acerca a decirnos que hemos sobrepasado hace rato el tiempo, y está esperando la televisión italiana).
-Ha sido un placer. Me encantó tu película "Belle Epoque", lo pasé muy bien viéndola. 


-Gracias.
-Buena suerte con tu película en Miami, estoy seguro de que te saldrá bien, porque tienes un reparto muy bueno. Y si alguna vez vienes a Nueva York, llámame. 

-Lo mismo digo si vienes a Madrid. ¿Has estado alguna vez en España?
-No, pero me encantaría. Todos mis mejores amigos han ido y estoy deseando ir. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

ir arriba